sábado, 7 de abril de 2012

CUIDADO CON LOS JOTOS (Parte 1).


"Yo era una niña normal
en una edad especial"



Durante la administración del presidente de la república Felipe Calderón se han suscitado los más altos índices de homofobia social e institucional  en México.
Basta con ver los noticieros, blogs, redes sociales y otros medios de comunicación para darnos cuenta de la terrible realidad que vivimos los miembros de la comunidad LGBT en nuestro país.

La justicia parece ser inaccesible, derechos humanos ¡Por favor! les da igual, bueno, en particular  Aguascalientes  el abogado del pueblo no realizo ninguna acción en contra de las violaciones de derechos humanos de la comunidad lesbico-gay.

Leo Bersani (1998) en su libro “Homos” dice que mientras te haces más visible, más te van a vigilar y es a partir del matrimonio y adopción por parte de parejas del mismo sexo que se dio esta homofobia a nivel nacional.

Congresos para “curar” la homosexualidad financiados con presupuesto del estado, comentarios homofóbicos por parte de jerarcas católicos, crímenes de odio tanto nacionales como a nivel mundial, presidentes que aún no se les quita el “asquito”, y sin olvidar que las campañas pro homosexuales son financiadas por laboratorios muy poderosos, como diría José María de la Torre, obispo de Ags.

Pero como diría Cervantes “si los perros ladran es señal que estamos pasando”, me agrada pensar de esa manera, ya que cada día los chav@s salen más temprano del closet -alrededor de los 15 años-, series de televisión con al menos algún miembro de la comunidad, posters para “evitar la discriminación” y sin dejar de mencionar, el anuncio de la televisora donde dice por un día no digas joto, aunque debo de aceptar que me da risa, porque es gracias a los medios que se ha ridiculizado la imagen del homosexual, ofreciendo una postura femenina ridiculizada, enamorada del macho heterosexual (porque ni a mayate llegan esas cosas), estereotipado laboralmente; es decir, son estilistas o modistas, y debo de aclarar que no me molesta ninguna de las características que mencione; sin embargo, es una forma de seguir encasillando a la identidad.

Esto genera burla por ser “femenino”, rechazo por “acosador” y odio por ser “débil”.
Pero no podemos irnos sin subrayar  los periódicos donde aún los titulares son mujercitos, maricones y jotos.

Somos tan importantes que nuestra identidad tiene que estar en primera plana, a lado de FECAL y del secuestrador más importante de la región que fue capturado.

Somos tan importantes que nos consideran de la misma calaña como aquellos que pudren a la sociedad, la envenenan y la destruyen.

Somos tan importantes, que advierten tengan cuidado su hijo puede ser delincuente, presidente o joto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario