miércoles, 26 de octubre de 2011

John Wayne Gacy
Parte 1

“Benseme el culo”
Ultimas palabras que dijo JWG antes de que le aplicaran la inyección letal.
Hablar de “pogo” el payaso que visitaba a los niños enfermos con cáncer; era una muestra de lo que hacía un vecino sensibilizado por el dolor ajeno; sin embargo detrás de ese buen vecino se encuentra una personalidad psicópata, asesino de 33 adolescentes y jóvenes que frecuentaba en bares o lugares de encuentro homosexual.
Nace el 17 de marzo de 1942, hijo de Marie Elaine Robinson, de treinta y tres años, y de John Stanley Gacy, nieto de unos inmigrantes polacos, ocho años mayor que su mujer. John no era el favorito de su padre, quien prefería a sus hermanas quizá porque, como él, poseía una personalidad dominante.
Si retomamos el tema de la represión que dice Freud en sus tres ensayos  sobre la teoría de la sexualidad dice  que la represión proviene de la imposición de dominación de un individuo sobre otros, siendo ese primer individuo no otro que el padre. A partir de tal dominación, se establece la forma patriarcal de la sociedad, basada en la inferioridad de la mujer y la represión de la sexualidad.
Gacy recibió un golpe en la cabeza a los once años: perdió el conocimiento tras ser alcanzado por un columpio. Durante los cinco años siguientes sufrió desmayos. A los catorce años tuvo un ataque de epilepsia y le tuvieron que poner una camisa de fuerza. A los dieciséis, le diagnosticaron un coágulo en el cerebro y recibió tratamiento médico para solucionar su malestar. Su madre le había inculcado la idea de que el sexo era algo maravilloso y sagrado. Aunque fue un niño muy guapo, a los dieciocho años estaba tan obeso (pesaba cien kilos), que ninguna chica se hubiera fijado en él. La sociedad siempre le manejo que estaba mal psicológicamente, que nunca sería un niño normal, el ponerle una camisa de fuerza a un sujeto es marcarlo de por vida, es identificarse con un discurso el cual nos dice los demás son los “normales”, los “sanos”, yo quiero ser como ellos.
Wayne Gacy tuvo problemas psiquiátricos ligados a su padre, un tirano y un alcohólico, que nunca hubiera admitido que podía estar equivocado. “Si mi padre decía que el sol no se iba a levantar mañana, no se le podía contradecir. Hubiera discutido hasta convencer a cualquiera”. La represión y al mismo tiempo la admiración fue para John algo que marco su vida una dualidad que el tenia que aplicar para cumplir con el rol que quiera su padre, el ente dominante con el ente sensibilizado; Gacy padre era un bebedor empedernido y solitario, que desaparecía en el sótano (el sótano es parte importante en la vida de John, más adelante expondré que es ahí donde la verdadera personalidad de Gacy aparecía al enterrar en el sótano de su casa a 33 adolescentes observamos que  al igual que la de su Padre el sótano se vuelve el lugar de desenvolverse) para beber a solas cada tarde, y se mostraba muy agresivo.
El padre bebía en el sótano mientras el hijo asesinaba en el sótano.
Gacy siempre negó que su padre lo odiara, como un padre podría odiar a su hijo; pero algo que el mismo dijo que siempre lo llamo “mariquita”, antes de que él se asumiera ya lo asumía su padre pero con una connotación negativa esto marcaria su postura y su represión de su atracción hacia personas de su mismo sexo. Fomentando una homofobia introyectada.
La personalidad dominante de su padre se ve reflejada en el al ser el también dominante. El huye de su casa por los mismos problemas con su Padre, el al salir de su casa comienza un negocio de venta de zapatos donde el descubre que no es tan mediocre como su padre creía, después pone un negocio de pollo Kentucky donde comienza a tener encuentros sexuales con hombres y descubre que es algo placentero pero sobre todo algo que necesita.
Gacy estaba convencido que no era homosexual; siempre repetía que lo único que quería de sus ligues era sexo fácil. Invitó a Edward Lynch, un empleado suyo de dieciséis años, a su casa mientras su mujer estaba dando a luz en el hospital. Según contó el chico, jugaron al billar y su jefe le propuso que el perdedor hiciera sexo oral al ganador. El adolescente se negó rotundamente y después de enseñarle unas películas pornográficas, Gacy le atacó súbitamente con un cuchillo de cocina. Lynch luchó y consiguió liberarse; el asesino se disculpó entonces repetidamente, explicando que “estaba sometido a una gran tensión

Comienza a tener acusaciones sobre sodomía por varios jóvenes a los cuales les ofreció dinero por tener sexo oral o anal en algunos caso el chantaje hacia los jóvenes fue en el nombre de la ciencia argumentando que era para un proyecto del gobierno que hablaba sobre prácticas homosexuales.
Después de varios años Gacy es aprendido por actos de sodomía (en ese entonces la homosexualidad se pagaba con cárcel), su primera esposa pide el divorcio al ver las intenciones de su marido.
Sale de la cárcel debido a su buen comportamiento. Antes de su segundo matrimonio comete su primer asesinato, incluso en la boda los que asistieron argumentan que en la casa si se soltaba un olor demasiado penetrante de carne podrida o muerta.
Comienza después  a involucrarse a en la vida social, haciendo eventos de caridad, fiestas masivas con los vecinos. ¿Quién podría pensar que él era un asesino?




domingo, 23 de octubre de 2011

EL NARCOTRAFICO COMO IDEOLOGÍA




Mi vida va prohibida dice la autoridad.
Manu Chao- Clandestino.



Un adolescente entre 15 y 16 años se acerca a una casa, toca su puerta la abre un sujeto bastante común; el adolescente le pide un 50 el sujeto le entrega un paquete cubierto por periódico, al parecer está comprando marihuana; al parecer la actividad es muy sencilla; pero lo que no se observa es que la función de los narcotraficantes es llevar un producto al consumidor, pero  esta actividad está definida como ilegal.

Como lo menciona Froylán Enciso la narcocultura tiene un valor económico, y ese valor económico se negocia políticamente, el narcotraficante tiene que negociar con policías, políticos, militares, vecinos de donde venda la droga, etc.

El autor mencionado expone tres funciones de la narcocultura: el primero es enfrentar el riesgo del mercado; si uno se mete al narcotráfico, necesita como instrumentos psicológicos donde tal vez de ser un don nadie ahora es alguien valiente, con honor que se enfrenta no solo a soldados si no a otros narcotraficantes para mantener y defender su mercado.

El segundo valor es uno organizacional. Las organizaciones criminales viven bajo estigmas y prejuicios sociales, entonces necesitan una ideología donde se les de coherencia a la organización. El dinero de la venta de drogas pasa no a solo manos de políticos, sino también de pobres y la iglesia; como olvidar al obispo de Aguascalientes donde dijo que el dinero del narco al entrar a la iglesia se purifica[1].

Y la tercera y última función de la narcocultura es crear sueños. Es el reclutamiento para el crimen organizado. Si uno tiene narcocorridos, si uno tiene expresiones, la falta de empleo, de oportunidades, vivimos en un mundo donde el sistema de producción no funciona o tal vez está siendo mal manejado, tenemos nuestro presidente del empleo que no genera ningún empleo, la ideología del narcotráfico es esta que el narco da oportunidades que el sistema no las da.

miércoles, 19 de octubre de 2011

DE LA HISTERIA AL ORGASMO. Parte 1

Texto resumido de Beatriz Preciado



La masturbación era condenada por la iglesia católica[1] desde el Renacimiento y finalmente patologizada por la medicina a partir del siglo XVII y técnicamente reprimida mediante aparatos mecánicos y después eléctricos durante el XIX y el XX, en ese entonces aparece la histeria construida como una "enfermedad femenina". Aparecen un conjunto de aparatos que se pondrán en marcha para permitir la producción técnica de las llamadas “Crisis histérica”.

El tratamiento de la histeria en tiempos de Ambroise Paré, que en su Opera osterico-ginecologica (1550) propone ya el uso de un instrumento parecido al dildo que se tiene que introducir a la vagina junto con una aplicación de óleum nardum, hasta quizás el Traite clinique et thérapeutique de l´hystérie (1859), en el que su autor, Pierre Briquet[2], menciona haber encontrado el tratamiento para la histeria gracias a lo que denominará “titilación del clítoris”. Las primeras terapias son manuales, y son consideradas por los médicos como largas y tediosas y no siempre recompensadas por una “crisis histérica”.

El vibrador aparece como instrumento terapéutico de la histeria en 1880 como una mecanización de este trabajo manual.


John Butler parece ser el creador de el primer electro-vibrador manual de uso doméstico comercializado a finales del siglo XIX. Los primeros vibradores como el famoso Chattannoga los cuales eran excesivamente caros, pesados y de uso profesional y por ello están restringidos a un contexto hospitalario.
El diagnostico de la histeria y la obtención del orgasmo como resultado de una “crisis histérica” eran asociados a una cierta indiferencia o reacción frígida frente al coito heterosexual que podía estar relacionado con diversas formas de desviación sexual y sobre todo con una tendencia al “lesbianismo”.

“MUJERES HONESTAS QUE SUFREN DE HISTERIA PODRIAN CONVERTIRSE EN LESBIANAS”.

Pero surgen las siguientes interrogantes ¿En qué momento los vibradores pasan del espacio clínico a un espacio domestico tradicional o comercial? ¿Cuándo se convierten en maquinas de mujeres a accesorio de hombres?


[1] Como recordamos la masturbación al igual que el sexo oral u anal es condenado por no tener como fin la reproducción.
[2] Médico francés nacido en 1796 y muere en 1881 en París.